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Every time Laura (in her mid-30s) faces a conflict, she avoids it by adopting a cat, and now she has thirteen. One day, she leaves home on her way to the animal shelter to adopt a new one, but a last-minute burst of lucidity means she ends up in the office of a psychologist, Ana (in her mid-60s), so she can help her avoid it. Ana forces her to embark on a journey into her memories, in which we discover what happens when a person with abusive behavior crosses paths with someone with avoidant behavior. Whatever happens, this is a story with a happy ending, as it will either end with one person who has managed to confront their problems, or with a new kitten who has managed to be adopted.
Cada vez que Laura (mediados los 30) se enfrenta a un conflicto, lo evade adoptando un gato, y ya tiene trece. Un día sale de casa de camino a la protectora de animales para adoptar uno nuevo, pero un brote de lucidez en el último momento hace que termine en la consulta de una psicóloga, Ana (mediados los 60) con el fin de que esta le ayude a evitarlo. Ana le obligará a embarcarse en un viaje hacia sus recuerdos en el que descubriremos lo que ocurre cuando una persona con comportamientos abusivos se cruza con otra con comportamientos evasivos. Pase lo que pase, esta es una historia con final feliz, ya que terminará con una persona que ha conseguido enfrentarse a sus problemas, o con un nuevo gatito que ha conseguido ser adoptado.
